Las cabañas estan en pleno pueblo de Malalcahuello, con fácil acceso a todas las atracciones turisticas de la zona. Si bien las cabañas están muy cercanas entre sí, el clima hace que uno no esté tanto afuera. Destacable es la amabilidad y buena disposición de los anfitriones. Un agrado. Hay dos restaurantes cercanos y un pequeño minimarket muy bien abastecido. Nosotros estuvimos en la cabaña Lonquimay, muy cómoda, lo mejor es su estufa a pellet, que permite tener la casa temperada día y noche programando su encendido. No hay que levant**** en la noche a cargar la estufa y eso se agradece. La cabaña esta muy bien equipada , cocina muy completa. La opción del jacuzzi suma especialmente después de una buena caminata. Su debilidad es la iluminación y lo pequeño de la cocina y lavaplatos en relación a su capacidad de huéspedes. Seria espectacular, en un futuro, sacar los termos de la cocina a una loggia techada exterior y así poder ampliar y mejorar el espacio del sector de la cocina. Buenas cabañas.
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