La recepción es la caja de la gasolinera, el ascensor no funcionaba, la puerta de la escalera daba un golpe terrible cada vez que alguien la abría que se oía en la habitación como si la puerta estuviera dentro, y como el ascensor no funcionaba, portazos toda la noche. Menos mal que pedí una habitación tranquila lejos (entre otras cosas) de escaleras y zonas de paso... La luz de emergencia de la habitación iluminaba como un neón, imposible dormir con una luz verde visible desde Marte, la cama muy incómoda, la almohada como que no hubiera, fina ya es decir mucho. No había más almohadas en el armario como suele haber en otros hoteles, sólo una manta. Desde luego carísimo para el servicio y el descanso que proporciona. Tengo algo de culpa porque no me di cuenta cuando reservé de que era un hotel de gasolinera por lo que está en medio de la nada y hay mucho entrar y salir de los camioneros, como es lógico, ellos tienen sus horarios, están trabajando. **Me responde el alojamiento en mi opinión en Booking que tenía que haber comunicado la incidencia del ascensor. Es complicado comunicar la incidencia si los clientes de la gasolinera están, lógicamente, pagando sus repostajes en caja, y tengo que esperar la cola para decir que no funciona.... Cojo la escalera y subo. Y que no me diga que el ascensor funciona correctamente, funcionará ahora pero no ese día (sábado) ni al día siguiente (domingo) porque todas las personas tenían que usar la escalera y por eso tuvimos que sufrir los portazos de la puerta de la escalera en cuestión toda la noche. Así que, LO SIENTO si no le gusta mi opinión pero, simple y llanamente, estoy hablando de mi experiencia en su hotel. Más siento yo que no haya satisfactoria que hemos tenido que pagar por un hotel en el que no hemos podido descansar. Hubiera preferido comentar que ha sido buen lugar para hacer un alto en el camino y que se descansa bien en un hotel tranquilo y sencillo, pero no ha sido así. ESTA ES LA -(CRUDA)- REALIDAD.
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