Su ubicación nos venía bien porque teníamos un evento familiar en una urbanización próxima. Pero me niego a volver. Llegamos tarde y cargados con las perchas, maletas y demás. La habitación tenía un acceso difícil, con unas escaleras altas y metálicas, y con un paso lleno de moscas. Ni siquiera preguntaron si teníamos alguna dificultad para subirlas, cosa que es así pero con el cansancio que llevábamos del viaje de ocho horas en coche sólo quería descansar. La habítación olía a tabaco, no se había ventilado en tiempo. Yo soy no fumadora y me molesta muchísimo. El aire acondicionado hacía tal ruído que para poder dormir tuvimos que apagarlo. Y la limpieza, para mi gusto, también dejaba que desear. En resumen. De las dos noches que habíamos contratado sólo nos quedamos una, preferí perder el dinero a volver a dormir allí. Y cuando fuimos a decir que nos íbamos ni se les ocurrió preguntar si había algún problema con la habitación, simplemente no mostraron interés. En resumen, para ir una vez, la primera y la última. No le doy categoría de hotel.
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